Lecturas interesantes

viernes, 4 de abril de 2014

Elección presidencial: para que todo siga igual o peor

Entre la abstención y el voto en blanco.

El abstencionismo per se no es una actitud correcta; Francisco Mosquera le ganó  ese debate a las facciones armadas que en la década del 70 acusaban de traidores a los izquierdistas que propusieran participar en las elecciones. En menos de una década ya todos participaban en ellas, con la gravedad que el evento electoral para estos grupos ya no fue una acción sino su estrategia; es decir, aquellos partidos y sus candidatos, de abstencionistas se pasaron a electoreros o cretinos parlamentarios. Las curules fueron su fin.... y el fin de la revolución.
   Pero, lo anterior no quiere decir que siempre haya que participar en las elecciones. “Ya estamos creciditos para saber cuándo debemos abstenernos de participar en unas elecciones”,  nos enseñó el mismo Francisco Mosquera a propósito de la abstención de su partido en el nefasto y circense  proceso electoral que impuso la séptima papeleta, la Constitución del 91 y  el Congresito de la época.
    Lo que sí nunca aceptó Francisco Mosquera fue el voto en blanco, porque no organiza ni educa a nadie. Decía “hagamos del debate electoral un cursillo que eduque a las masas”. Agreguemos que lo único que hace el voto en blanco, en caso de ganar, es gastar más dinero del erario público, repitiendo un debate insípido que elegirá a los mismos con otros nombres.
      Sabemos que de cualquier forma tendremos un tirano para los cuatro próximos años, el mejor rechazo y protesta contra ese seguro tirano es la de abstenerse en su elección. Como al pueblo no le mejorará su precaria situación y el país continuará lo mismo o peor, que lo elijan los beneficiarios del régimen; total, con 10, 20 o 100 mil votos se erigirá nuevo presidente. Los de abajo, preparemos las batallas necesarias contra cada una de sus nefastas políticas.

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