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Y si el auge y prosperidad de China
contribuyen a la caída del agónico despotismo norteamericano, habrá que
agregar al programa revolucionario nacional un mandato de adhesión
cierta a la ruta de la seda y relaciones profundas con el
gigante asiático, |
COLOMBIA, CHINA, LA RUTA DE LA SEDA Y EL DECLIVE DE LA HEGEMONÍA NORTEAMERICANA
El 2 de abril de
2025 el presidente de los Estados Unidos de América (USA), Donald Trump lo
llamó el “Día de la Liberación”, liberación de USA, por supuesto, ocultando
de paso que ese país ha sido por décadas, no el agredido sino el agresor y
opresor de los pueblos del mundo; así que de lo que se trataba era de
justificar las medidas que habría de tomar tras la estrategia denominada contención
de China y, con este iluso propósito, aplicar elevados aranceles a las
importaciones provenientes del mundo entero, que sólo habrían de reducirse a los
países que negociaran con Washington un paquete de medidas que, entre otros, reduciría
su déficit comercial (incrementando venta de bienes y servicios y reduciendo
compras en el exterior) pero, ante todo forzaría a sus interlocutores a romper contratos
y acuerdos comerciales con China. Los análisis objetivos que en el mundo se
hicieron advertían que los USA habrían de ver cómo los gobiernos tratarían de
establecer y mejorar las relaciones con otros países para paliar las sanciones
norteamericanas y que la mejor “protección” la encontrarían en la pujante
economía China, país que ha mostrado disposición a hacer transacciones sin
distingos de gobiernos ni regímenes y sin poner cláusulas extrañas al curso
propio de los negocios, contrario a las múltiples condiciones que las potencias
occidentales acostumbran imponerles a sus “socios”. Dicho y hecho, sumisos y
asustados muchos mandaron sus “negociadores” a Washington, pero como el declive
del despotismo gringo es inocultable, hay entonces campo para la
insubordinación y también volaron o llamaron a Beijing: la Unión europea (UE), Japón,
Corea sur, desde África, Asia, Australia y Latinoamérica y, tampoco Colombia se
quedó atrás, el presidente Petro convenientemente cobijado con la excusa de ser
presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños
(Celac) se dio ínfulas de rebelde posando con Xi Jinping en China.
Pues bien, de la
visita del presidente Petro al gigante asiático, ni él ni nadie podían esperar de
la Casa Blanca proceder diferente a las amenazas, sanciones y descalificaciones
contra nuestro país sometido a sus dictámenes desde los aciagos eventos de la
separación de Panamá (1903) hasta el presente; y de ello fue advertido Petro, tanto
por los propios funcionarios yanquis como por los “favorecidos” en Colombia del
anclaje y subordinación económica del país a los intereses norteamericanos. Lo
curioso frente a los riesgos por la aventura China fue que, como Petro y
su ministra de exteriores Laura Sarabia lo reconocen, con aquel país no se
suscribió nada vinculante, no se firmó acuerdo ni negocio alguno como para
calificarlo de perjudicial para terceros; y en boca de la Oposición, que a
menudo exige diversificar las relaciones comerciales, esta vez rezongaron
porque el Presidente, que no los incluyó en el paseo, volvió de China con las
manos vacías, poniendo en peligro las “buenas relaciones” con los USA;
de hecho, quedaron en entredicho las “ayudas” para Colombia, la tal certificación
por la lucha antidrogas y, las exportaciones hacia los USA de banano, café,
flores y otros bienes pueden ser o reducidas o castigadas con aranceles, tal
como lo afirmó Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de
Estado de Estados Unidos para la región de América Latina. No sobra recordar
que las ayudas, certificaciones, calificaciones y otras prácticas den las
autoridades norteamericanas son en realidad formas de amedrentamiento, de
intervención en nuestros asuntos y pruebas del sometimiento nacional a los
designios gringos.
Es de conocimiento
universal los beneficios que se pueden alcanzar con la diversificación de
relaciones en general y del comercio en particular entre los países; las relaciones
internacionales, por encima de diferencias entre gobiernos y desconfianzas
entre estadistas se suceden y multiplican hora tras hora, día tras día, no
obstante, ya sobrarán petristas antojados de calificar como antiimperialista a
su presidente por “atreverse” a visitar a Xi Jinping “desafiando” a Trump. Vale
acotar que Colombia es uno de los países de la región más rezagados en sus
relaciones comerciales con China, misma que en las tres últimas décadas no para
de suscribir contratos y acuerdos de toda índole a lo largo y ancho del planeta
y es, después de los USA, el segundo socio comercial de la Celac. Recordemos,
además, que desde hace más de 50 años los USA tiene disímiles relaciones con
China por lo que no es responsabilidad del patio trasero gringo el
déficit comercial que padece con aquel socio, al que ahora le urge
contener ya que con su crecimiento en todas las materias del quehacer político
y económico tiene en ascuas a la decadente economía norteamericana. Verdaderas
y profundas relaciones con China es lo que necesita Colombia, pero para anular
la reprimenda que sobreviene de los gringos no basta con elucubraciones
nacionalistas ni resignadas lisonjas ni puyas irónicas (Petro desde Beijing:
“espero que los USA nos permitan seguir siendo socios de tú a tú…” “No tengo ningún resentimiento ni
resquemor con los Estados Unidos…”). Lo que hace falta es sacudirse el yugo, hace
falta soberanía nacional.
Ahora bien, la
hegemonía norteamericana hace agua por todas partes; su economía que durante
décadas fue la más poderosa del mundo ya no soporta la competencia extranjera,
particularmente de China que invade con sus mercaderías el propio mercado
interno norteamericano (Déficit con China de US$295.49 millones en 2024); sus
lacayos por décadas, ahora aprovechan para insubordinarse; ya no puede imponer gobiernos
o derrocarlos como lo hizo en el siglo XX; de todas las guerras que promueve han
de salir con el rabo entre las piernas; hoy les toca aceptar que los países a
los que les impone sanciones (Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia…) por
duras que sean, sobreviven con ellas (no sucumben ni se arrodillan); estaban
acostumbrados a copar mercados externos con sus mercancías, pero ahora China,
India y los Brics+ les escamotea ese fuero; también los recursos naturales que
acostumbraban a saquear en el mundo entero, ahora sus receptores están en Eurasia;
igualmente, los chinos son los que tienen dinero para contratar la construcción
de toda clase de infraestructura en cualquier país que la requiera (aún en los
países de la órbita norteamericana). En el ámbito interno, en los USA coexisten
toda clase contrariedades: infraestructura obsoleta, educación
anticuada, cultura del ganar sin trabajar, concentración de la riqueza en chupasangres
financiaristas, degradación en las cumbres del poder, calles colmadas de
drogadictos y violencia, 40% de la población es obesa, contradicciones
irreconciliables, desindustrialización, déficit presupuestario acumulado (US$1.9
billones), deuda pública astronómica (US$36 billones), y, las medidas con las
que pretenden combatir o solucionar todo aquello además, de ineficaces,
costosas.
Así que el
gendarme mundial decide contener a China, pero no tienen con qué y en
su agonía están decididos a reprimir a los pueblos con crueldad peor a
la del fascismo hitleriano. Como el Gigante asiático avanza y los USA sin
remedio retroceden, las clases dominantes financiaristas consideraron
pertinente relevar de la Casa Blanca al desgastado “progresismo” del Partido Demócrata
e instalar a Donald Trump creyendo que con su perorata ¡América Primero!,
¡hacer grande otra vez a USA! y su estilo hostil y patán consiga mejores
frutos tras la contención de China (meta existencial) que, de no
logarla, su hegemonía habrá de precipitarse en el abismo. Bueno, pero al
parecer ya es tarde porque, en sólo cuatro meses de mandato trumpista, allá
afuera, todo está resultando un fiasco e internamente, las contradicciones se
agudizan. Trump, acertadamente, quiere arreglarse con Rusia para encontrar que
no puede romper tan molesta pero férrea alianza ruso-china; necesita poner
fin a la guerra en Ucrania, pero el Deep state le impide hacer lo único
que ayudaría: retirar todo apoyo a Ucrania con lo cual, aquel
desquiciado régimen caería en 24 horas; quiere controlar al genocida Netanyahu,
pero el siniestro lobby sionista en USA que financia todas las campañas
electorales es super poderoso y criminal; con la amenaza de aranceles y otras
medidas menos santas pretende desvincular a China del resto del mundo,
para tener que recular porque está cosechando todo lo contrario; detener el
lastre de una inmigración con 11 millones increcendo de “ilegales” que
desborda a los potenciales empleadores y agota las asignaciones sociales, lo
enfrenta con una multitud de vividores que promueven la migración porque
sin ella se quedarían sin oficio; el aparato judicial le pone trabas a la
guerra arancelaria; con sentencias judiciales también caen los masivos despidos
y desmonte de entidades (tipo Usaid) dedicadas al intervencionismo en el
exterior; aún sin posesionarse, Trump menosprecia a Canadá citándola como el
estado #51 de la Unión, anuncia anexionar la isla más grande del planetas (Groenlandia),
“recuperar” el Canal de Panamá, desplazar sus ejércitos en Méjico, limpiar
de palestinos la Franja de Gaza, bombardear Irán, pero al día de hoy todo esto cabe
calificarlo como expansionismo tardío que ya ni en sueños el mundo lo
tolera; en fin, surge la pregunta ¿no estarán a punto también de moverle la
silla al inquilino de la Casa Blanca?
La aspiración de los pueblos abajo del Río Grande es la de conquistar la soberanía nacional cedida a los gringos por las oligarquías criollas dominantes desde hace más de una centuria, soberanía que habremos de recuperar con un poderoso movimiento revolucionario de independencia al que han de vincularse los trabajadores de la ciudad y el campo, organizaciones y sectores antimperialistas coligados en un frente común que instale en Colombia una nueva sociedad proyectada al socialismo. Y si el auge y prosperidad de China contribuyen a la caída del agónico despotismo norteamericano, habrá que agregar al programa revolucionario nacional un mandato de adhesión cierta a la ruta de la seda y relaciones profundas con el gigante asiático, en vez de inocuos “memorandos de entendimiento” o “planes de cooperación”.
Adenda:Ruta de la seda, Suramérica: en diciembre pasado los gobiernos de China y Perú inauguraron el puerto de Chancay en la costa pacífica de Perú que lo une a Shanghái, mayor puerto comercial de China; en la travesía por mar entre estos dos puertos los barcos duran 23 días, siendo que en el pasado se necesitaban entre 33 y 43 días.
Ruta de la
seda ártica: por las
excelentes relaciones ruso-chinas, se está explorando el transporte marítimo
por el Polo Norte hasta Europa que le ahorraría a los chinos hasta el 50% en
los costos: menos de 10.000 kilómetros y 10 días de recorrido, comparado con el
actual recorrido por el Canal de Suez y por el Canal de Panamá: 20.000
kilómetros y 22 días de recorrido.
Declaración de
Beijing para la IV Reunión Ministerial del Foro CELAC-China (FCC) … https://www.cancilleria.gov.co/newsroom/news/declaracion-beijing-cuarta-reunion-ministerial-foro-china-celac
https://razonpublica.com/colombia-china-firmo-petro-significa/
Guillermo Puyana, presidente de la Sociedad de
Amistad Colombo China… https://www.las2orillas.co/como-china-se-volvio-la-potencia-mundial-a-la-que-trump-le-tiene-miedo/
https://www.larepublica.co/economia/oportunidades-de-colombia-en-el-comercio-internacional-4134685
Intercambio hasta la fecha con China ... https://www.larepublica.co/economia/presidente-gustavo-petro-va-por-china-para-voltear-el-deficit-de-us-12-000-millones-4131848
Déficit, comercio de USA, …. https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2025-05-07/deficit-comercial-de-eeuu-alcanza-record-empresas-y-consumidores-intentaron-adelantarse-a-aranceles
..

Se presentan eventos que hace pensar que se acelera el "impeachment" y salida de Trump de la Casa Blanca. La conspiración contra Trump se presenta reveladora con su ayer aliado, el magnate Elon Musk, que al parecer estaba infiltrado; otro evento, la llamada operación Telaraña contra los aviones estratégicos de Rusia (de la que Trump dice que no fue informado); otra es la abierta oposición de senadores republicanos (guerreristas encabezados por Lindsey Graham que le impiden a Trump hacer las "pases" con Rusia y con Irán), ver primeros 5 minutos de este importante análisis en https://www.youtube.com/watch?v=qQP2u3p7mNw
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