viernes, 15 de noviembre de 2024

 Figura de la portada, tomada de Wikipedia: División de los distintos Comandos militares según el Departamento de Defensa de Estados Unidos

GANÓ TRUMP Y AHORA ¡QUÉ!

El pasado 5 de noviembre ganó ampliamente Donald Trump las elecciones en los Estados Unidos (prueba adicional de que hace 4 años le hicieron fraude) y ganó contra el querer del “progresismo” universal del “progresismo” latinoamericano y en particular del “progresismo” colombiano liderado por el presidente Petro, que juzgaban como de los suyos a los inquilinos actuales de la Casa Blanca, Joe Biden y Kamala Harris, perversos personajes estos, gestores y patrocinadores de todas las guerras que asolan el planeta y corresponsables con Netanyahu de las genocidas hordas del sionismo que masacran inocentes por centenas de miles en Gaza, Cisjordania y Líbano. Y ganó Trump contra el querer de las élites gobernantes de la Europa actual, postrada como nunca a los designios de Washington. Y ganó Trump contra el querer de la OTAN que cree que sus siniestros planes bélicos serán suspendidos por el nuevo presidente de los Estados Unidos.

Pues bien, Donald Trump tiene sus matices, pero al igual que en todos los países, incluido Colombia, el inquilino de la Casa de los presidentes no es quien tiene la última palabra, llega allí a administrar los negocios de los grandes poseedores de la riqueza, entre ellas las del propio magnate que se posesionará el 20 de enero en la Casa Blanca. Aquellos negocios que ahora ponen bajo tutela de Trump no están meramente en Norteamérica, están regados por el mundo entero y el mundo entero habrá de enterarse que Trump los defenderá y forzará el incremento de sus ganancias cueste lo que cueste y opóngase quien se oponga. A menos que la resistencia de los pueblos y gobiernos soberanos se extienda y fructifique, el comportamiento de la élite yanqui, con sus múltiples y variadas agencias, algunas siniestras como la CIA, habrá de continuar más o menos igual: corrompiendo gobiernos, amenazando y asesinando contradictores, sancionando rivales, saqueando recursos del planeta entero, explotando mano de obra lo más barato posible, imponiendo sus mercancías y sobre todos sus capitales en el extranjero, y también, mientras practican lo contrario, parloteando sobre democracia, derechos humanos, defensa del medio ambiente, igualdad de género, antiterrorismo, anticorrupción, etc. etc.

Los matices económicos trumpistas, además, son ahistóricos, no armonizan con el devenir cierto del sistema capitalista en su cenit imperialista. Ya Marx lo previó entre otros en su obra cumbre, El Capital y Lenin lo complementó principalmente en su obra El Imperialismo fase superior del capitalismo. Así que Trump, entre tantos anuncios, no podrá impedir: 1) que los capitales gringos, tras la máxima ganancia y “huyendo” de la tendencia a la baja de tasa de ganancia trasciendan las fronteras patrias; 2) que la inevitable competencia entre grandes capitalistas del lado y lado del océano termine ignorando el populismo de su “America First”; 3) que los altos aranceles con que amenaza a China, Méjico y Europa perjudiquen a sus propias empresas, que además tienen sucursales en los países amenazados; 4) que tales aranceles reviertan contra los consumidores norteamericanos, propiciando la resistencia del proletariado.

Alguien, muchos, podrán creer que por el hecho de que, financiando la campaña electoral de Kamala Harris y los demócratas estuvieron los más grandes intereses globalistas, financiaristas, armamentistas y de tecnologías: BlacRock, Vanguard, J. P. Morgan, General Dinamycs, Lock Martin, las 7 magníficas y otras cuantas, estas salieron perdiendo con la elección de Trump, no, en absoluto, tales empresas son tan poderosas, con activos superiores al PIB de muchos países, con toda clase de tentáculos en el mundo, sin escrúpulos a la hora de defender sus intereses que no hay poder individual que prospere contra ellas; su poderío, su influencias, sus agencias son las que deciden quien asume o por lo menos como deben comportarse no sólo en la Casa Blanca, también en la Casa de Nariño, la Casa Rosada (Argentina), Planalto (Brasil), Carondelet (Ecuador), Palacio Nacional (Méjico), Palacio de la Moneda (Chile) y muchas más presidencias; de ahí el respeto ganado y el apoyo que merecen los gobiernos que se resisten a la hegemonía norteamericana como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Irán, Corea Norte, Federación rusa, China y otros muy pocos.

No obstante, los diplomáticos y amistosos mensajes de felicitación  enviados a Trump por parte del presidente de la Federación rusa, V. Putin, del máximo dirigente chino, Xi Jinping, ellos a diferencia de tantos no se hacen ilusiones. Putin, con antelación, palabras más, palabras menos lo ha dicho “El conflicto actual con Ucrania no es el primero ni será el último intento de la hegemonía norteamericana que por sus ansias de apropiarse de los recursos inmensos de Rusia persista contra su soberanía; la OTAN mientras exista estará armando a sus socios y agrediendo en nuestras propias fronteras, siempre soñara con desmembrar la Federación o cambiarle e imponerle un gobierno dócil, …y siempre encontrará alguna excusa para denigrar ante el mundo del Kremlin e intervenir en nuestros asuntos internos ”.

Se escucha decir que gobiernos como los de Petro en Colombia o de Lula en Brasil y otras dos docenas de la Unión Europea (UE) tiemblan por el ascenso del republicano, dadas las inclinaciones manifiestas de todos ellos con los gobiernos del partido Demócrata en Estados Unidos, allá ellos con ese pecadillo, al lado de los “progresistas” también se sienten amenazadas algunas minorías con posturas fundamentalistas (ambientalistas, feministas, la ideología queer, los pro inmigración,…); sin embargo, lo importante es que los pueblos en Latinoamérica tengan presente la necesidad de la lucha por la soberanía nacional menoscabada por cuenta de las oligarquías dominantes que en estos lares desde hace 120 años se sometieron a los designios yanquis; republicanos o demócratas por igual nos saquean y oprimen y contra ellos ha de liberarse la rebeldía popular.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

PARO NACIONAL DE CAMIONEROS,

CONTRA ALZA DE PEAJES Y LOS PRECIOS DEL ACPM

Comparada el alza de la gasolina cuyos precios subieron desde el primer mes del gobierno Petro, la del ACPM se había demorado; ¿por qué?, seguramente por el miedo del gobierno a que la resistencia de los camioneros lograra paralizar al país. El precio de la gasolina subió en los 16 primeros meses un porcentaje (60%) que ningún otro gobierno se atrevió siquiera a pensar más allá de un 10%, sabiendo que la respuesta de los colombianos hubiese sido vigorosa. Por el contrario, el recién posesionado “gobierno del cambio” tuvo de su lado las cúpulas de los sectores populares otrora calificados por sus bases para la resistencia: centrales obreras, movimiento estudiantil, indígenas (para nombrar los tres principales sectores). Los taxistas resistieron con un paro nacional, pero las dádivas oficiales lograron su desmovilización. Por su parte, los Centros del pensamiento de la heterodoxia económica neoliberal y consejeros de la oligarquía y de los distintos gremios económicos, “convencieron al país de la necesidad” del incremento, no sólo de los precios de la gasolina, también de la reforma tributaria y otras felonías aprobadas contra el bolsillo de los colombianos. Así pues, Petro, atendiendo a los amos extranjeros, con la complacencia de “los de arriba” y la parálisis de “los de abajo” logró lo que Duque, Santos Uribe y anteriores gobiernos no pudieron.

El diésel o ACPM que en el país se consume, es refinado en plantas nacionales, así que el Gobierno no podrá convencer a nadie ni sembrar cizaña con el trasnochado cuento de ya hace tres décadas del tal subsidio frente a los precios internacionales. Estos incrementos, junto a la nueva reforma tributaria con la que se pretende captar $12 billones, asaltando, esta vez, a los pequeños servicios, comercio al por menor y por enésima vez al bolsillo de los asalariados medios, en realidad sirve para cubrir faltantes que deja el obsequioso servicio de la deuda y el gasto anual de malfuncionamiento estatal, burocráticamente aumentado en $120 billones -y no hablamos del despilfarro y la rampante corrupción, son otros temas-.

Hoy nos encontramos con el paro camionero, que por sus objetivos: rechazo del incremento a los peajes y del incremento al precio diésel, medidas que, consecuencialmente, aumentan el costo de vida, merece el respaldo popular. No obstante, encontramos a los camioneros con las mencionadas dificultades: desmovilizados “los de abajo”, complacidos “los de arriba” y, ateniéndonos al historial conciliatorio de los directivos del gremio transportador, además divididas en diferentes intereses, la dirección del paro no es confiable; de hecho, escuchando hoy a la Ministra del Trabajo, no participan del mismo las grandes cúpulas del gremio, es decir, mientras los pequeños transportadores se baten en calles y carreteras, los esquiroles Colfecar, Fedetranscarga, … se mantienen a manteles. Urge, entonces, la conciencia y claridad en las bases de los camioneros independientes, de taxistas y motociclistas para que la movilización obligue a sus directivos a resistir hasta la obtención más que justa de los objetivos propuestos ¡Que así sea!

ADDENDA:  a raiz del levantamiento y resultados del paro: 

En el fondo, todos, Gobierno y Oposición, están molestos con los camioneros por sus logros en el paro. Unos y otros quieren el aumento del precio del diésel y en general de los combustibles, porque ese es el mandato de sus amos internacionales Washington, FMI, BM, OCDE… Detrás está el cuento de reducir el déficit del Fondo de estabilización de precios de los combustibles (Fepc) y eliminar unos supuestos subsidios, mediante el pago de combustibles a precios internacionales, como si Colombia no fuese un país petrolero. Del consumo total anual de gasolina y diésel en Colombia, los datos oficiales muestran, respectivamente, no más del 35% y 12% de importaciones. Conclusión, la lucha de los colombianos en esta materia no puede ser otra: NO a los precios internacionales de los combustibles consumidos en Colombia.

Ahora bien, al gobierno, “pobrecito”, no le alcanza el presupuesto y por ende tenemos que permitirle que nos meta la mano al bolsillo: FALSO. Los recursos, con el gobierno del cambio, se siguen yendo para otras partes: corrupción, despilfarro, burocracia parásita y sendos privilegios a los magnates de las clases dominantes y a las agencias financieras y multinacionales imperialistas. Unas pocas y sencillas preguntas para el Gobierno: ¿el empoderamiento de esa nueva camarilla gobernante cuántos nuevos burócratas tiene y cuanto nos cuesta? ¿Cuánto nos cuesta ese insubstancial y ridículo nuevo ministerio llamado de Igualdad? ¿Cuánto presupuesto está utilizando en esa comedia de la paz total con centenares de burócratas echando carreta por el mundo entero? ¿Cuál el presupuesto para evitar la extinción de la humanidad que, según el presidente, acarreará el cambio climático? ¿Y la mermelada para que el Congreso le apruebe sus “reformas” cuánto ha valido? ¿Por qué no decirle la verdad al país por tanta presteza y nobleza (aplaudida, igual por neoliberales y “progresistas”), frente al pago del servicio de la deuda? ¿En vez de dilapidar recursos a diestra y siniestra, ahora con el eufemismo de la economía popular, siendo que el país necesita son recursos estatales para el montaje de grandes empresas productivas, ej. refinería para evitar importaciones de combustible?  Mil preguntas de esta índole tendrán los colombianos en estos días de declaraciones de renta y de preparación de una nueva reforma tributaria para recaudar $12 billones que, si no la derrotamos, saldrán de las personas naturales, porque a las empresas les reducirá el impuesto del 35 al 30%.

sábado, 20 de julio de 2024

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“El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”, Marx 

 DE CONSTITUYENTES Y CONSTITUCIONES
¿QUE HAY ENTRE CÉSAR GAVIRIA 1991 Y GUSTAVO PETRO 2024?

QUÉ SE MOVIÓ DETRÁS DEL PROCESO CONSTITUYENTE 1991
Y QUÉ DETRÁS DEL PROCESO CONSTITUYENTE 2024

En 1991 se trataba de darle piso legal al modelo neoliberal de apertura económica, que los Estados Unidos exigían para consolidarse como potencia hegemónica global frente a los numerosos rivales que asomaron luego del colapso soviético.

La trama petrista en 2024 es más criolla, cismática y personal: cuidando de no interferir con los intereses norteamericanos y la agenda globalista, el presidente trata de empoderar una nueva facción en donde reasignar los tradicionales privilegios de los privilegiados por tradición[i].

 

El presidente que tenemos, defensor a ultranza de la faena constituyente 1991 y su producto antinacional, antipopular y demagógico, la Constitución actual ¿qué torcido persigue para que ahora, después de dos años gobernando, no la encuentre adecuada a sus planes?[ii] Y ¿por qué la Oposición funge temerosa por las transgresoras veleidades constituyentes de Petro, fingiendo ignorar que la del 91 se logró quebrantando también la constitución que existía? Una afirmación común de Petro, utilizada, entre otras, para conquistar electores sin levantar sospechas ante los poderes establecidos: “la constitución del 91 lo es todo, pero no se ha cumplido a cabalidad…”. Los opositores a la constituyente petrista responden “Observando la Constitución del 91, el presidente puede realizar todas las reformas que quiera”[iii]. Y no les falta razón, de hecho, los 7 inquilinos que han pasado por la Casa de Nariño en los 33 años de vigencia de la actual constitución la han modificado con 60 actos legislativos, validando, por cierto, aquella vieja sentencia marxista: “la constitución es un papel escrito que cada gobernante reescribe a conveniencia de los negocios que administra”.

Los promotores en el 91, encabezados por la crema y nata de la sumisión ante Washington: el presidente de entonces, César Gaviria, el grupillo diezmado por otras bandas rivales y desmovilizado M19, el jefe natural de la denominada godarria (Álvaro Gómez Hurtado) y la mamertería recién renegada de las concepciones marxistas que poco observaban, mismos que utilizaron a unos cuántos estudiantes de las arrogantes y privilegiadas universidades Javeriana y de Los Andes, lograron, sin que se lo propusieran, la imposición de un nuevo modelo económico, el neoliberal, demagógicamente llamado de Apertura económica, con el cual se entregaba en usufructo del imperialismo norteamericano los renglones de la economía colombiana que aún conservaban algún manejo nacional: desregulaciones arancelaria, fiscal, portuaria, financiera, laboral; con nueva legislación privatizadora desmontaron o minimizaron empresas estatales estratégicas; crearon nuevos y suculentos negocios en educación, salud, seguridad social, servicios públicos, etc.; pusieron al endeble productor criollo de la ciudad y el campo a competir con las todopoderosas y subsidiadas multinacionales, en fin, como lo mostró Francisco Mosquera Sánchez (1941-1954) en sus escritos sobre la materia, se trataba de la recolonización[iv], no sólo de Colombia sino de todo el patio trasero.

El hecho que los problemas de un país se enumeren en los discursos de balcón, en las campañas electorales o se escriban en un papel (constitución) no garantiza su solución -lo hemos sabido a través del montón de leyes existentes y particularmente del mamotreto demagógico de 380 artículos de la Constitución del 91. Las falencias del país que los promotores de aquel infundio prometieron resolver se quedaron en el tintero o se agudizaron: con el mandato de los 73 constituyentes y el “congresito” de 36 miembros, la nueva constitución y subsiguientes desarrollos los partidos políticos no se fortalecieron, en cambio se crearon 75 partiditos que en pocos años se esfumaron; la corrupción empeoró con las privatizaciones y el empoderamiento - ¡cuánta alaraca con el relevo generacional! - de noveles politiqueros que arribaron con la perversa aspiración de enriquecerse en su cuarto de hora. La paz tampoco llegó y a cambio, estos 33 años es uno de los períodos más violentos de nuestra historia, las siglas insurrectas dejaron de serlo para convertirse en las bandas criminales de hoy; la lucha antinarcóticos no dejó de ser la farsa con la que las agencias gringas controlan nuestras instituciones desde la década del 70; el empresariado colombiano no realizó sus productos en las plazas internacionales, pero sí al revés: las mercaderías foráneas se apoderaron de nuestro mercado interno, hasta el punto que hoy es más vulnerable la economía nacional que la del 90, la informalidad se desmadró. Y lo peor, el devenir del proceso constituyente del 91 desmontó: el análisis marxista de los acontecimientos, el debate ideológico por la soberanía nacional, la constitución del frente popular revolucionario, el partido de la clase obrera y la construcción del socialismo; y, la inexcusable lucha de clases terminó disimulada detrás de ONGs y colectivos sociales financiados por los magnates que urgidos de más ganancias apuntan contra el proletariado y los pueblos del mundo para que se desentiendan de la concepción del estado y renuncien a la lucha por el poder en manos de sus verdugos y explotadores.

Ahora, bien, ¿de dónde saldrán los constituyentes de la iniciativa Petro? no saldrán de las mayorías laboriosas y expoliadas, dada su menguada aceptación allí; entonces ¿los elegirán entre la oligarquía sindical y dirigentes de los colectivos sociales[v], aquellos que tanto promociona, utiliza, convoca y beneficia como burócratas, subsidios y contratitos (economía popular)? ¿Otros constituyentes serán nombrados por los grupos oligárquicos y terratenientes beneficiarios de los grandes contratos estatales, compras de tierras y negocios internacionales?  ¡Cuánta similitud! con los propósitos del estado comunitario (el poder constituyente de grupitos de amigos) de Uribe Vélez plasmado en el Plan nacional de desarrollo de su primer cuatrienio ¿Habrá también constituyentes nombrados por los grupos armados en eterna negociación? Si a estas “negociaciones de paz” -programadas para durar hasta que se agote el cuatrienio-, le sumamos el nombramiento de un experto en amaños como J. F. Cristo en el Ministerio de gobierno y la nula probabilidad de lograr una Constituyente “legalmente” elegida porque no cuadran los tiempos[vi], válido es pensar, entonces, que la constituyente es un truco para entretener al país durante los restantes dos años con ceses al fuego, rompimientos de la mesa, de reelección o sucesor, de consolidación de una nueva casta, de los gustos y disgustos del inquilino de la Casa de Nariño, de si mandará lavar la toalla de Tirofijo, de si es gay o heterosexual, de si su mujer Verónica conoce y se aguanta  las infidelidades –, mejor dicho, que la gran prensa oficie de paparazi tras los enredos palaciegos.

Derivado de lo anterior: que nos olvidemos de su ingobernabilidad y de su incompetencia para resolver los problemas del país, de los costos que significa para la soberanía nacional su constancia frente a la agenda dictada desde Washington, que pasemos por alto a la generala Laura Richardson monitoreando las bases militares en Colombia, las visitas semanales a Palacio de funcionarios de la Embajada yanqui  (que el canciller Murillo sin arrobo reconoce), de las construcciones policiales gringas en la Gorgona y Leticia, de la Armada Colombiana colaborando en la Fuerza Marítima Combinada[vii] con la que en Oriente Medio los gringos salvaguardan las acciones genocidas de Israel en Gaza, de los nuevos empréstitos (no para invertir sino para pagar deuda), de la anunciada nueva reforma tributaria que la regla fiscal exige. Querrán que con el silencio de los colombianos pase la afrenta a la unidad de la nación aprobando en fast track las autonomías regionales (más o menos, la balcanización del país), regiones que serían de fácil control por organismos de las metrópolis imperialistas. Al entramado publicitario de la Constituyente le van a colaborar muchos oportunistas, estilo Vargas Lleras ¿a cambio de mermelada, de burocracia, honrando sus privilegios? Y también colaborará la ONU en donde toca cima la ridiculez de Petro auto denunciándose por incumplimiento de los acuerdos de paz FarcSantos -acuerdos que no trajeron la paz, pero que, curiosamente, ahora al presidente le resultan apropiados para “afrontar” todos los problemas del país e imponernos la agenda antinacional y antipopular “progresista”- y pidiendo permiso para saltarse el Congreso (legislar fast track). Con este gobierno resultó que la CIDH, la ONU, tienen facultades para cogobernar en Colombia y hasta allí acude Petro cada vez que tiene dificultades con sus reformitas.  A su vez, al negocio de las negociaciones de paz le seguirán nombrando costosas ($$$) comisiones que se pasearán por el mundo “echando carreta”, con la ONU “encantada de su pacificador tutelaje” en Colombia, mientras sobresale su incapacidad en otros lares del mundo donde el Pentágono atiza por doquier las guerras que, de una parte, le permiten renovar sus obsoletos arsenales bélicos y, de otra, posponen el colapso de la hegemonía norteamericana.

A la izquierda revolucionaria, a los marxistas, convencidos de que todo estado es una dictadura les corresponde -según las condiciones en cada época y momento- luchar por su derribamiento junto a todos sus instrumentos y herramientas estructurales, institucionales y jurídicas utilizadas para la opresión; en tal sentido, no defendemos constitución alguna, dado su origen y destino regente de los intereses de la clase dominante, contrarios, por supuesto, a los intereses proletarios y populares, pero rechazamos enmiendas, reformas, nuevas leyes, normas o medidas que reduzcan las conquistas de la nación y el pueblo allí estampadas, tal acostumbran hacer las clases gobernantes en tiempos de reflujo popular como el del presente para apuntalar sus intereses y los de sus amos.

Alertamos, entonces, a los colombianos sobre las pretensiones petristas con este cuento constituyente, con la pacificación, con sus ires y venires rindiendo cuentas y pidiendo permisos y consejas a las agencias multilaterales para mejorar su gobernabilidad cuestionada y debilitada en la puja con aquel sector del establecimiento inconforme con la repartija del presupuesto, los contratos y la burocracia. Es de antiguo conocimiento que si bien el inquilino de la Casa de Nariño y gobiernos en general son administradores de las riquezas e intereses de la clase dominante -para el caso, la oligarquía y los terratenientes- entre estos hay diferencias y, entonces, cuando un gobierno es incapaz de conciliarlos termina de preferencias por unos, privilegiando a estos por encima de aquellos, con la consecuente rabieta de los sectores “menguados” en sus prebendas. En tal sentido, ha de entenderse la atención prestada por los gobernantes en todas las épocas al denominado acuerdo nacional u otros eufemismos conciliatorios: Pacto social, Diálogo nacional, Acuerdo sobre lo fundamental, Gobierno de todos, etc. y la tan conveniente expresión de tirios y troyanos: “preservemos la institucionalidad”.



[i] Este gobierno que, según reza la ley, debe gobernar para todos los colombianos, se la pasa peleando con las empresas, instituciones, gremios y funcionarios en donde no logra imponer a sus pupilos o sus proyectos; casos muy sonados: Federación Nacional de Cafeteros, Universidad Nacional, Bogotá y el Metro, Cámaras de comercio, Ecopetrol, Fiduprevisora, Hidroitunago, exministros,  … Igual interpretación ha de darse a los numerosos cambios de ministros y nóminas estatales.

[ii] https://x.com/petrogustavo/status/1770093142471012495 . Tuit de Gustavo Petro 19 marzo /24

[iii] Misivas de algunos constituyentes del año 1991 y de 200 "personajes" https://www.elnuevosiglo.com.co/politica/200-personalidades-firman-carta-rechazando-constituyente-de-petro y un análisis de las reformas al cumplirse 30 de vigencia de la Constitución  https://www.indepaz.org.co/wp-content/uploads/2021/07/A-pesar-de-55-reformas-la-Constitucion-mantiene-su-identidad.pdf  

[iv] En la III parte (Apertura económica y soberanía nacional) del libro Resistencia Civil de Francisco Mosquera Sánchez encontramos varios artículos de la época en los que el autor describe con maestría, precisión y convicción los tejemanejes, nacionales e internacionales, que precedieron a la convocatoria y elección de la asamblea constituyente que aprobara la Constitución de 1991 y luego los primeros resultados de la misma.  Resalto 6 de ellos: El 27 de mayo, otro 11 de marzo, No participamos de la Constituyente, Omnia consumata sunt, Salvemos la producción nacional, Saludo del MOIR a la confederación unitaria, CGTD y ¡Por la soberanía económica, resistencia civil! Ver, https://moircosmos.org/resistencia-civil-mosquera-indice.html

[v] Explicaciones de Petro: Para ello proponemos la Constitución de coordinadoras municipales de fuerzas populares que desaten la organización y la movilización general de la ciudadanía”  https://www.wradio.com.co/2024/03/18/constituyente-no-es-para-cambiar-constitucion-del-91-ni-para-quedarme-en-el-poder-petro/ ¡Cuánta similitud! con los propósitos del estado comunitario de Uribe Vélez plasmado en el Plan nacional de desarrollo de su primer cuatrienio.

[vi] https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/los-caminos-constituyentes-de-petro/ Allí se lee: “En conclusión, los caminos institucionales que ha propuesto el presidente para saltarse el Congreso y volver realidad su programa de gobierno están cerrados. No así los extra-institucionales”.


miércoles, 11 de octubre de 2023

 A  propósito del descubrimiento, conquista y colonización

NI LEYENDA ROSA NI LEYENDA NEGRA*

LO INEVITABLE: 1) que los europeos llegaran a estas tierras y no al revés, dadas las descomunales diferencias en el desarrollo de las fuerzas productivas entre colonizados y colonizadores. 2) Que unos y otros, colonizados y colonizadores, discreparan sobre la explotación, el reparto y destino de los recursos existentes. 3) Que las ideas dominantes para la época, fueran otras. No podemos sustraernos a las posibilidades existentes para aquella época.

Encontramos, en el Anti-Dühring escrito por Engels, capítulo II, sección segunda, La teoría de la violencia y el poder, para contradecir a este autor que proponía la violencia como imprescindible en la aparición de la propiedad privada: “Todo el proceso se explica por causas puramente económicas, sin que ni una sola vez hayan sido imprescindibles el robo, la violencia; las condiciones económicas dadas son las que deciden si la violencia, si la paz, si la guerra, si las armas …”. Siguiendo a Engels, nos preguntamos ¿Pudo darse la colonización de las Américas sin violencia? ¿Pudo haberse logrado, para los colonizadores, el objetivo económico en paz, sin armas, sin guerra?

LA BARBARIE DE LA COLONIZACIÓN: El capitalismo nació chorreando sangre y lodo por todos sus poros desde los pies hasta la cabeza”, escribe Marx en su documento La llamada acumulación originaria (El Capital cap. XXIV), en el que no sólo describe la barbarie para despojar de sus tierras a los campesinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda sino la ocurrida en India por parte del colonialismo inglés y la barbarie en las Américas en los que una formación en ascenso, el capitalismo, acumuló oro, dinero, riquezas que repercutieron significativamente en el nacimiento y consolidación de este nuevo sistema socioeconómico ‘superior’ a los hasta ahora existentes. Y el trasfondo de la violencia es puramente económico y, para decirlo de otra manera: lo más rentable para los objetivos económicos de la conquista fue la violencia, aunque en no pocas oportunidades intentaron el saqueo en paz (oro por espejos e intercambios parecidos) y, ante todo, la reconocida labor de fray Bartolomé de las Casas y muchos misioneros reclamando mejor trato para los indios; que incluso lograron, en el papel, obtener de la reina Isabel un conjunto denominado Nuevas Leyes en favor de los indios.

Las condiciones existentes para realizar la colonización en el siglo XVI no nos las podemos inventar 530 años después, tampoco podemos pretender que los estadios socioeconómicos anteriores al capitalismo eran mejores e insustituibles, NO, el capitalismo era la formación socio económica que históricamente habría de sustituir a las anteriores ya caducas y, en el caso de las Américas, la humanidad no podía darse el lujo de esperar los siglos de evolución que le faltaban a nuestros aborígenes aun en el primitivismo muchas tribus y en el salvajismo otras. Leemos en La llamada acumulación originaria…: La violencia es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas una nueva sociedad, ella misma es una potencia económica”, así que la violencia fue la comadrona que en las Américas ayudó a la humanidad a parir un nuevo régimen que de cualquier forma estaba destinado por la evolución histórica a abrirse paso por encima de cualquier adversidad. Por supuesto, en este mundo desconocido, abrupto, salvaje los colonizadores encontraron toda clase de obstáculos desde los imaginarios pasando por los naturales físicos y climáticos hasta la resistencia indígena. Despojado de sentimentalismos y moralismos, el historiador y escritor colombiano, Germán Arciniegas (1900-1999), es de gran ayuda para comprender las peculiaridades en que se desenvolvieron en aquella época tan descomunales acontecimientos. Un abrebocas: leemos en el prefacio de su libro Biografía del Caribe, “Que el siglo XVI es el siglo de oro de España, es la verdad: pero no es toda la verdad. El XVI es de oro no sólo para España sino para Inglaterra, para Francia. Es el siglo de Cervantes, de Shakespeare, de Rabelais. Las letras no tuvieron antes, en los tres reinos, esplendor parecido. Ni tampoco los reyes” … “con el descubrimiento de América la vida toma una nueva dimensión: se pasa de la geometría plana a la geometría del espacio. De 1503 hacia atrás los hombres se mueven en pequeños solares, están en un corral, navegan en lagos. De 1500 hacia adelante surgen continentes y mares océanos es como el paso del tercero al cuarto día, en el primer capítulo del Génesis…” “El pueblo tenía odios, amores, perjuicios, supersticiones, en una palabra: tenía su fe. Como siempre, se podían ver en él la visión del pasado y la visión del futuro: la tradición y la esperanzas: La historia y la aventura. En él estaban el arrojo, el juego limpio o turbio a vida o muerte, que mantuvo tensas las cuerdas del drama, que permitió escrudiñar en un cuarto de siglo todos los mares y en otro cuarto de siglo hasta el último rincón del Nuevo Continente. Esa gente del pueblo le daba la vuelta a los mares en una tabla, o iba hasta el corazón del Amazonas, hasta la cumbre de los Andes con una espada y un hacha. Así es: el mapa del mundo se hizo en el siglo XVI con un trapo, unas tablas y unos cuchillos. Estas tres cosas forman el verdadero escudo de armas del Caribe”. Así que los que llegaron no fueron señoritos manilimpios; fueron gentes valientes, de coraje, obstinados y “con más imaginación y sueños que razonables”.

Ahora bien, la violencia ha estado presente en la historia y la prehistoria y es cooperante del período “civilizado” que transcurrimos; su contribución sería interminable: la Grecia épica y la formación y disolución del imperio romano fundados en la esclavitud, la formación y consolidación de las naciones hoy existentes, la caída de reyes y señores feudales, la unificación de la China actual, el imperio azteca, la civilización maya y el imperio Inca que encontraron los españoles estaban pasando por una fase violenta (sojuzgaban a otras tribus, ofrecían doncellas a sus dioses y asaban prisioneros). Y fueron violentas la Revolución Francesa y las revoluciones de independencia de Estados Unidos, Centro América y Suramérica, la revolución mejicana (1910-17), también las revoluciones socialistas, … y ateniéndonos a lo anterior, sin violencia no lograremos implantar el socialismo del que surgirá -ahí sí, sin violencia- el futuro comunista.

“No deberíamos olvidar nunca que todo nuestro desarrollo económico, político e intelectual tiene como presupuesto una situación en la cual la esclavitud fue reconocida como necesaria y universal. En este sentido podemos decir: no hay socialismo moderno sin esclavitud antigua”, Engels en el Anti-Dühring.

* En la revista Tribuna Magisterial (23/10/2020), Gustavo Adolfo Quesada Vanegas titula así un escrito:12 de octubre de 1492: ni leyenda rosa ni leyenda negra”. Muchos autores utilizan esta expresión para referirse a la disyuntiva planteada. Los creyentes de la leyenda rosa podemos ubicarlos principalmente entre los autores y analistas ibéricos y europeístas, mientras que los fieles de la leyenda negra militan en la pseudoizquierda y el “progresismo”, son los mismos detrás de la destrucción de estatuas y monumentos de personajes de la conquista; mismos que les reclaman a españoles y europeos que asuman la actitud hipócrita de “pedir perdón”. Peor aún, la leyenda negra incluye la condena a la evangelización, sin embargo, “progresistas” e indigenistas son los más rezanderos y, afortunadamente, nunca se les ha ocurrido derrumbar templos.

BIBLIOGRAFÍA: Sobre el descubrimiento, la conquista y la colonización existe, por supuesto, infinita documentación; sobre las leyendas negra y rosa, adicional a la mencionada en el texto, se recomienda:

 “La Población Indígena de América. Desde 1492 hasta la actualidad (1945)”, Ángel Rosenblat https://pueblosoriginarios.com/textos/rosenblat/1492.html  

https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/eduardo-pilonieta-pinilla/que-nos-dieron-que-les-dimos-JYVL209473

https://rebelion.org/la-violencia-de-la-esclavitud-fue-fundamental-en-el-ascenso-del-capitalismo/


miércoles, 9 de agosto de 2023

 

¡No más Petros! *

A un año del ascenso a la Casa de Nariño del personaje que les prometió el cambio a los colombianos hastiados de las promesas y engaños durante los 30 o más cuatrienios anteriores, “…nos reafirmamos en la creencia que el país jamás saldrá del caos y la postración sin hacer uso pleno de la autodeterminación nacional y arrancar de raíz las trabas viejas y nuevas que entorpecen su desarrollo” [i]

 Gustavo Petro, ungido por las urnas con menos del 30% del censo electoral, conocedor del país que recibía, porque contemporizó dentro del establishment desde inicios de la década del 90, no cesa de sorprendernos con embrollos, tanto o más estridentes que los acaecidos en gobiernos derechistas, catalogados como contrarios al “progresismo o de izquierdas”, eufemismos, estos, por demás desorientadores del que hacen alarde los cada vez más escasos correligionarios del Presidente.

 Pero las sorpresas nos las trae de antes, cuando era candidato. No obstante que, obstinadamente, se presentase como personaje del cambio, anticlientelista, antineoliberal, anticorrupción, etc., por el afán de captar votos y ganar la contienda electoral clamó, rayando en la sumisión, el apoyo de los más connotados exponentes de la vieja derecha que pasaran por la Casa de Nariño, contando al propio Uribe Vélez, siendo que, durante un par de lustros la existencia política de Gustavo Petro llegó a entenderse sólo como antítesis de Uribe Vélez. Sin éste, tampoco aquel. Y así le llegó el triunfo, por esos respaldos, por el aval del inquilino de turno de la Casa Blanca (a quien Petro “adhirió” en la disputa con Trump por la presidencia de los EE.UU.) y por la pobreza intelectual e imagen impresentable de sus rivales. De remate, su propio hijo y uno de sus lugartenientes, A. Benedetti, podrían sumarle otra explicación al veredicto de las urnas: la financiación de la campaña electoral petrista con recursos fuera de lo legal, dada su abundancia y procedencia[ii].

Por estas mismas alianzas es que hoy está pagando su precio: ha tenido que cambiar a casi todos sus ministros, las marchas convocadas por las clases “medias arribistas” son más concurridas que las propias, las encuestas le reconocen sólo el 36% de aprobación, las mayorías parlamentarias se le esfuman, debiendo recurrir a lo de siempre: la mermelada -antaño cuestionada en sus filas-; las reformas en el legislativo tienen mucha resistencia y se aprueban sólo cuando les llega el guiño del FMI, la OCDE o los mensajeros de Wall Street; tal los casos de la tributaria, del Plan Nacional de Desarrollo -de las que se jacta como propias el exministro Ocampo- y la pensional que con algunos ajustes requeridos por Asofondos, seguramente será aprobada, ya que cuenta con el aval de la heterodoxia económica por su grave afectación a los trabajadores de ingresos superiores a 3 smlm. Y mención especial ha de darse al desmadre con los precios de la gasolina para alimentar, supuestamente, al Fondo de estabilización de precios de los combustibles (Fepc), justificándolo con el trasnochado y neoliberal argumento de los precios internacionales del petróleo. Para estos gestores del cambio, contrario a lo que opinaban meses atrás cuando eran oposición, ahora resultaron, contra toda evidencia empírica, que el precio de la gasolina afecta sólo a los ricos, no influye en los demás precios y tampoco es responsable de la inflación ¿novedoso o rancio fariseísmo?

Cualquier novedad o cambio que, por supuesto habrá, queda ensombrecido por aquello que le es sobresaliente a este gobierno: la continuidad respecto de los cuatrienios precedentes por su docilidad y obediencia a los ucases de los agentes de turno en la Casa Blanca y el Pentágono más la fidelidad con que observa la ortodoxia económica emanada de las calificadoras de riesgo, FMI, Reserva Federal (FED), Banco Mundial, BID, la Ocde, etc. En los dos primeros meses ya el presidente Petro había recibido -con grotesca reverencia- a la generala del Comando Sur, al secretario de estado Blinken, al jefe de la Otan, al jefe de la CIA; les ofreció, entre varias gangas la “protección” de la Amazonía, la continuidad de la construcción financiada por una agencia del Pentágono de una nueva base militar en la isla Gorgona, el encargo de “hacer regresar al redil” a Venezuela y a su presidente Maduro y la garantía de que las “buenas relaciones de toda la vida” de Colombia con los EE.UU. no serían alteradas. En su visita a la metrópoli, precedida semanas antes de una comitiva numerosa, rindieron cuenta sobre las futuras ejecutorias de su cuatrienio a J. Biden y a cuanta agencia norteamericana le agendaron. Durante 10 días (11 a 21 de julio) el Comando Sur lideró en el caribe colombiano a 19 armadas suramericanas y de la Otan el ejercicio militar #64 llamado Unitas. En forma deshonrosa para el país, envían carta a la bancada republicana yanqui[iii] suplicando por un puñado de dólares retenidos en Washington porque la obediencia mostrada por el gobierno Petro, a aquellos no les parece suficiente. Súmenle el reconocimiento que con su acostumbrada insolencia hace la vicepresidenta F. Márquez justificando el acompañamiento de su familia al costoso e inútil periplo por África financiado por una ONG del magnate especulador y tumba gobiernos G. Soros.

La obsesión climática del presidente Petro es tal que en su discurso de instalación del Congreso el pasado 20 de julio[iv] culpa al cambio climático y al calentamiento global de todos los males del país y del mundo: emigración, pobreza, narcotráfico, terrorismo, violencias, guerras. La izquierda, mientras fue revolucionaria, siempre mostró al predominante régimen burgués como el responsable del acontecer universal dada la predisposición expansionista del capital que, persiguiendo la máxima ganancia, tiempos ha, trasmutó en imperialismo y ¡ojo! el imperialismo sólo puede existir adueñándose de los recursos ajenos, explotando mano de obra barata e imponiendo sus artículos en los mercados allende sus fronteras; y para conseguirlo no le tiembla la mano a la hora de devastar la naturaleza y someter a quien se le oponga con sanciones, extorciones, humillación, violencia o terror.

En materia climática, otros estudios de otros científicos con otras conclusiones[v], a “nuestro” presidente no le interesa, se casó con las ideas dominantes de las clases dominantes. Las ciencias no son neutrales, señor Petro, tampoco la totalidad de los científicos. En la medida que estudios, estudiosos y científicos pueden ser y efectivamente han sido a lo largo de los siglos, manipulados por los intereses establecidos, es obligatorio, más para un presidente, acudir a diferentes fuentes del la investigación y el conocimiento. Resulta sospechoso, por decir lo menos, la machacadera en todos los escenarios nacionales e internacionales de esa fantasía apocalíptica de la extinción de la humanidad si no nos avenimos a combatir con -calcadas- medidas el cambio climático y la contaminación por CO2, sirviendo de caja de resonancia a los gobiernos de las potencias ¡ojo! Occidentales, sus magnates y sus multinacionales que pretenden, como dijera su, ayer ministra Cecilia Montaño, “𝘓𝘰𝘴 𝘱𝘢í𝘴𝘦𝘴 𝘳𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘵𝘶𝘷𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘷𝘰𝘭𝘶𝘤𝘪ó𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘶𝘴𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘱𝘳𝘰𝘩𝘪𝘣𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘴𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘺 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘰 𝘭𝘰𝘨𝘳𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘤𝘵𝘪𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘢 𝘴𝘢𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘮𝘦𝘳𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘪𝘯𝘨𝘦𝘯𝘶𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘱𝘦𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘳𝘰𝘴" … En los escenarios del norte global, como era de esperarse, el presidente Petro es exonerado de sus exabruptos como ovacionado por su “destino manifiesto” de controlar en nuestro país cualquier insubordinación contra los intereses de los países desarrollados, particularmente en este negocio de las energías renovables en que quieren embarcar a los del sur global, sur global hasta hoy utilizado para extraerle barato sus recursos naturales; nos exigen otro formato: ¡conviertan la matriz energética basada en fósiles por renovables! La conversión trae sobrentendido, por supuesto, que los estados son los que ponen los recursos para sufragar ese cambio, que luego, cuando la producción y comercialización de “renovables” sean ya suculentos negocios, cederlos a las multinacionales. Y la receta no parece detenerse allí: En Estados Unidos y Europa han dado visto bueno al consumo de alimentos cárnicos y vegetales fabricados en laboratorio, de tal suerte que, G. Petro, no tardará en aceptarles que la matriz alimentaria basada en ganadería y agricultura hay que reemplazarla so pena de la “extinción de la humanidad”.

Conviene a los colombianos tener un ojo abierto sobre el tan insuflado tema de la Amazonía; no es gratuito que una de las primeras obsesiones del Presidente fuese la aprobación del Acuerdo de Escazú, que si lo estudiamos objetivamente es toda una trampa que supone riesgos para la menguada soberanía del país al permitir que la jurisdicción internacional referente a los recursos naturales, sustituya la nacional. En adelante un largo etcétera de intervenciones internacionales ofreciéndoles a los países desarrollados el control de la cuenca amazónica: comandos gringos patrullando nuestras selvas, la incendiaria Otan apagando incendios, más platica del FMI, cambio de deuda por acciones climáticas -bueno el ministro Bonilla rectifica a su Presidente advirtiendo que no es cambio de deuda sino venta de naturaleza[vi]- Ahora bien, en la cumbre de los 8 países de la cuenca amazónica propone una Otan amazónica, un tribunal amazónico y un centro científico de investigación que si fuesen integrados por países soberanos ¡magnífico! pero no, no somos soberanos, la propuesta más bien parece elaborada mucho más al norte de la zona ecuatorial,

¿hay condiciones para las reformas? este es un país sometido por más de un siglo según las conveniencias -domésticas y planetarias- del imperialismo norteamericano y sus multinacionales que en contubernio con la dominante oligarquía y los terratenientes criollos controlan, disponen y ponen los asuntos sustanciales de la vida nacional según aquellos intereses. ¿De cuándo acá, entonces, que un gobierno por auto definirse de “izquierdas” puede encontrar, por encima de aquellas conveniencias y por encima de aquellas clases dominantes condiciones para materializar reformas de verdadero interés nacional y popular?

En los balcones, nacionales como internacionales, con grandilocuentes y rebuscadas expresiones, el presidente Petro pretende insuflar los corazones del populacho mientras, pero de otro lado, se la pasa concertando con los enviados del statu quo cada uno de los artículos e incisos de sus proyectos. El trapicheo se repite en el Congreso que, como toda institución, su cometido es resguardar los intereses prevalecientes. Repito entonces ¿hay condiciones para materializar reformas de verdadero interés nacional y popular? ¡Claro que no! a lo sumo remiendos acomodados durante ese devenir conciliatorio y, de remate, sólo si portan el chulito ( ) de la ortodoxia económica, tan contraria a los intereses y soberanía nacionales: la regla fiscal, las calificadoras de riesgo, los agentes permanentes en Bogotá del FMI, Banco Mundial…y hasta del mismo Banco de la República, entidad convenientemente independizada del Ejecutivo por mandato de la neoliberal Constitución/91.

            En tal sentido, no es fortuito que se hayan aprobado, por ejemplo la reforma tributaria, el plan de desarrollo y a punto esté la pensional, en tanto se reprobase la laboral. Es evidente que la mitad de esta contiene el viejo pliego de peticiones del movimiento sindical que, por definición, merma las ganancias del empresariado y las finanzas del estado como principal empleador. Lo relevante de la laboral es que contraría los intereses del raquítico y, en palabras del Presidente, “premoderno” capitalismo nacional, compuesto por casi 2 millones de micro y pequeñas empresas que en gran porcentaje rayan en el umbral de la quiebra; da grima un Petro, su Ministra del trabajo y otros defensores del petitorio sindical machacando que con la laboral ganan todos, patronos y asalariados. Defendemos al asalariado independientemente que su patrón sea grande con diez mil operarios o pequeño con tres, pero ello no da derecho a afirmar que un empresario debe apoyar el Proyecto porque mejora sus ganancias incrementando salarios o que debido a lo mismo habrá más empleo formal. Por de más, la ambigüedad reinará en cualquier proyecto laboral que pase por alto los 5 millones de micronegocios y los 15 millones de trabajadores que no tienen patrón y como tal, inconexos del Código sustantivo del trabajo (CST) que se pretende modificar.

La reforma a la salud aún transita en el congreso a la espera del susodicho visto bueno. Siendo los servicios de salud demandados por la totalidad de la población colombiana y dados los intereses privados enclavados en su prestación, cabía esperar la magnitud de la controversia suscitada por el proyecto desde su anuncio. Por su parte, el apoyo popular reclamado desde los balcones para esta reforma no se dio porque las masas laboriosas advierten que no se puede acceder debidamente al derecho con remiendos respetuosos de la propiedad privada; aquella actividad fue convertida en negocio desde la imposición de la ley 100/93 y sólo con su derogatoria puede esperarse cambios que reparen las protuberantes falencias en la prestación de la salud. Así que, continúan los cabildeos en el Congreso y es de esperar que finalmente se apruebe cuando el Presidente reduzca sus particulares pretensiones -de burocratismo inflamadas- y se convenza que, en el régimen burgués al que adhirió desde sus viejos tiempos sediciosos y al que ahora personifica: “los que mandan ¡mandan! así manden mal”.

En materia de servicios públicos acontece parecido a la salud, el Presidente pretende convencer a los usuarios que puede estropearlos como negocio privado sin derogar las leyes 142 y 143 de 1994. Sus proclamas demagógicas de intervenir las comisiones de regulación y reducir las tarifas se han estrellado con la normatividad vigente en aquellas leyes privatizadoras. La baja de tarifas quedó en discurso de balcón porque a los usuarios nos sigue incrementando.

La “paz total” ¡Qué exabrupto! Una larga lista de eventos violentos conmociona al país desde el mismo día de la asunción de G. Petro; violencias que además al Presidente y a la mayoría de sus iguales de tiempos aún sangrantes no pareciera molestarles, tal vez por la similitud del terrorismo, las crueldades y delitos de hoy con los cometidos ayer por las estructuras mal llamadas guerrilleras a las que pertenecieron. O tal vez les convenga hacerse de la vista gorda para desarmar el “golpe blando” que tanto profetizan, mismo sin sentido considerando el respaldo yanqui y de la cúpula de las fuerzas armadas de Colombia entrenadas e ideologizadas por el Comando Sur.  En proporciones no vistas, amanecemos y anochecemos con masacres urbanas y rurales, desplazamiento de familias por millares que huyen de las bandas armadas, intimidación y extorción indiscriminada, secuestro masivo e individual, asesinato selectivo e indiferenciado, reclutamiento y fusilamiento de menores desertores, terrorismo, etc. Y el fiasco de ilusos experimentos como el denominado laboratorio de paz de Buenaventura no les sirve de escarmiento. No es necesario persistir en detalles porque todo está registrado en los medios de comunicación tanto los señalados ultraderechistas, como los alternativos y en los mismos informes de agencias oficiales y policía. Mejor referirnos al controvertido y asquiento comportamiento oficial frente a tan luctuosos hechos: ofertas monetarias a las bandas para que por favor se porten mejor y no maten, excarcelación de peligrosos presidiarios proponiéndolos como “gestores de paz”, (revictimizando de paso a viudas, huérfanos y expropiados en aquellas salvajadas). Las autoridades petristas usan tapaojos frente al terrorismo, los paros armados, al patrullaje de poblaciones por comandos al margen de la ley, a las arengas y entrega de “regalos” en escuelitas rurales. Negociaciones sin fin en los que los ilegales quedan autorizados para seguir delinquiendo hasta tanto no se llegue a un acuerdo sobre todo lo humano y lo divino o se les pague con partidas mensuales si renuncian al secuestro y la extorsión ¿Habrá peor exabrupto?, acuerdan cese al fuego con el ELN, pero sólo las fuerzas armadas cesan, mientras a los irregulares se les autoriza: matarse con las bandas rivales, “decretar” paros armados como el del Chocó donde cometen toda clase de delitos contra las personas más humildes y necesitadas de este país. ¿Habrase visto? Petro en el discurso del 20 de julio instalando el Congreso se ufana que la muerte de policías y ejército ha disminuido 60 y 65% omitiendo el incremento de víctimas en la población civil[vii]… ¿Puede esperarse que tales bandas -por décadas persistiendo en lo mismo- que viven de lo ilícito, dominan territorios, hacen parte de organizaciones trasnacionales y mueven grandes fortunas, van a dejar sus lucrativas actividades? ¿A quién le cabe en la cabeza que se puede acabar con la violencia dejando incólumes sus causas?: de un lado producción, tráfico y microtráfico de drogas, minería ilegal, contrabando, impunidad, etc. y, de otro lado, miseria, pobreza, desempleo y millones de trabajadores percibiendo míseros ingresos mientras contemplan la vida sabrosa de la élite parásita en ostentación, despilfarro y burocratismo con recursos extraídos del trabajo y los tributos ajenos.

Estrategia burocrática vs empleo productivo Es de vieja maña el pago de favores y respaldos políticos y legislativos con el nombramiento de burócratas que lo único que hacen es vaciar el fisco nacional sin aporte alguno a la producción; pero el “gobierno del cambio” ha sido muy solícito a la hora de comprar apoyos y silencios: cada reforma viene entrampada con generación de empleo, se pretende desmovilizar las juventudes rebeldes como “gestores de paz” y convivencia anunciándoles un millón de pesos mensuales; en municipios y regiones, el Presidente azuza a los funcionarios a que nombren personal[viii] para que parloteen de paz y medio ambiente. Se bate récords creando el Ministerio de la igualdad con unas funciones para las que ya hay múltiples entidades y centenares de burócratas[ix]; con las 20 direcciones de igualdad que contempla el nuevo ministerio, objetivamente, están “inventándose” desigualdades adicionales para, enseguida, poder decir ¡decrétese la igualdad!

Mediante reforma constitucional se ha creado la Jurisdicción agraria incluida otra alta Corte[x] y los centenares de jueces y funcionarios que “necesitarán”. Hasta con el ente de represión económica por excelencia, reconocen que van a redoblar la cacería de contribuyentes: “La DIAN va a tener el doble de personas. La DIAN va a tener dientes que no tenía: tanto en modernización como con personas dedicadas a hacer la respectiva gestión fiscal”[xi]. Ahora bien, hay desempleo, las gentes y sobre todos los jóvenes (los llamados ninis, 3.200.000) necesitan ingresos, es preciso emplearlos, pero no de manera improductiva y costosa para el bolsillo de los contribuyentes de un país urgido de producción industrial, agrícola, energética, etc. ¿Acaso no importamos máquinas, herramientas, gasolina, productos agropecuarios, alimentos, bebidas, cereales, productos lácteos y huevos de aves, azúcares y derivados y miles de rubros en cerca de 7.000 partidas arancelarias?[xii]. Montar empresas productivas en estos sectores, no burocracia, es lo mandado.

Y de la reforma agraria ¡qué! Muchos de los sin tierra alcanzaron a ilusionarse con la promesa de reforma agraria del candidato Gustavo Petro e invadieron tierras, la respuesta del Presidente como la de sus antecesores fue la represión policial argumentada con “la Constitución y la ley lo prohíben”. Expropiar no es constitucional, por supuesto, entonces opta por un exabrupto, la compra de tierras a los expropiadores para entregarla a los expropiados, anuncia que en cumplimiento de los acuerdos facrsantos comprará en su cuatrienio 3 millones de hectáreas principalmente a la Federación de Ganaderos (Fedegán), feudo uribista que al igual que su jefe, fue inmovilizada a favor del gobierno del cambio ¿Y la plata para pagar las tierras ($60 billones)?: todas las modalidades están sobre la mesa: más impuestos, emisión de TES y endeudamiento externo (la principal de las “Venas abiertas de América Latina”) la especialidad del Presidente con sus viajes por el norte global en donde compromete lo que sea por donaciones y más crédito, por demás costosísimo, dado el cambio actual del dólar.

            Lejos está el campesinado y el país mismo de aquella vieja pero vigente consigna que ha definido no una reforma agraria, sino la revolución agraria “la tierra para quien la trabaja”, con la cual los desposeídos anuncian la toma y reparto de las tierras improductivas de los grandes terratenientes para ponerlas a producir, forma de hacer justicia en el campo totalmente opuesta a la de Petro que pretende comprarles a precios comerciales como si el resto de colombianos fuésemos responsables del despojo campesino y el atraso agrícola del país. Seguramente habrá compras y algunos centenares serán beneficiados, pero, una vez más, los 11 millones de habitantes rurales, en pellejo propio habrán de comprobar el engaño ya que -parafraseando a K. Marx- “la emancipación del campesinado sólo puede ser obra de los mismos campesinos”.

El petrismo no se cansa de pedir que los dejen gobernar, que a la oposición le molesta las reformas porque benefician al pueblo ¡que quieren darle golpe blando!, que el fiscal Barbosa es la oposición y por eso persigue al Gobierno. Su corruptela, su despilfarro, su “mermelada”, los lucrativos contratos con familiares, los obscenos gastos de Palacio (primera dama, vicepresidenta, etc.) los justifican porque anteriores gobiernos ya los practicaban; y acuden a los magnates dueños de la gran prensa para que silencien a sus periodistas mordaces … Tras de cada tormenta -incluidas las “travesuras” del hijo del presidente- vuelve la calma, porque “al igual que los viejos administradores de la vetusta república, los del “cambio” también darán sus respectivas explicaciones y al final concordarán en que las instituciones, su democracia y el debido proceso sean los que digan la última palabra. El estado burgués es el medio por excelencia donde los enemigos del pueblo resuelven sus contradicciones”.

Complacidos estarán en otros lares, pero esperarán y exigirán más a sus súbditos; sin embargo, por estos lados “a la clase obrera y al pueblo, lo único que puede satisfacerles es la completa independencia nacional”. La rebeldía popular frente al cambio que no se dará, tal vez se haga sentir.

De esas “izquierdas” ¡no más!

 

 

  *Hace relación a la expresión ¡No más Belisarios! utilizada por Francisco Mosquera S. en su artículo titulado Llamamiento por la Salvación Nacional escrito en enero de 1986, último año de cuatrienio Belisario Betancur (1982-1986) … http://www.elfogonero.org/anterior/publicaciones/resist3apertura.htm

 

[i] Tomado del mencionado escrito de Francisco Mosquera, Llamamiento por la Salvación Nacional,

[ii] Armando Benedetti, en medio de disputas palaciegas, amenazó a la ahora exjefa del gabinete y al mismo gobierno con revelar la “procedencia de $15.000 millones” para financiar la campaña de G. Petro.  

[vii] El número de policías y del ejército ha disminuido en 65 y 60% dice Petro, ¿y qué de raro tiene?, y deduce que no hay insurgencia detrás del poder, por supuesto que NO, de hace varios lustros los irregulares se dedicaron completo al delito por dinero y riquezas y esquivan a las tropas regulares. Lo peor es que no reconoce en su discurso que esa disminución se ha traducido en más, mucha más violencia contra la población civil.

[xii] Partida arancelaria: sólo para simplificar, es un código que se asigna a cada uno de los diferentes productos del comercio exterior en el mundo. Si surge interés por este tema, bueno es ingresar a la página de la Dian.