Y tal parece, no sólo en Colombia sino en el planeta entero, la izquierda no existe; al menos no es visible y sobre todo, no gobierna.
Pero entonces, se debe aclarar ¿qué es izquierda?
(Se aborda el tema con la intensión de debatirlo, sin la pretensión de agotarlo)
(Se aborda el tema con la intensión de debatirlo, sin la pretensión de agotarlo)
Empecemos por decir que la izquierda no necesariamente ha de ser idéntica en todos los países, porque el ejercicio de la política depende de las peculiaridades de cada país: del desarrollo de sus fuerzas productivas, de las clases en el poder, los propietarios de los medios de producción, la tenencia de la tierra, de la disposición y educación política de las masas laboriosas, etc. Así entonces, el presente escrito pretende sólo abordar someramente el tema de la izquierda en Colombia, proponiendo que ella no existe.
Lo descollante en Colombia es la insistencia por todos los medios hablados, escritos, televisivos y demás de caracterizar a quienes no están con el gobierno de turno, vale decir a la oposición, como gente de izquierda. Pero no se llame a engaños: la izquierda podrá estar siempre en la oposición, pero la oposición no siempre es de izquierda. Para identificar una organización de izquierda hay que mirar sus tesis, programa, actitudes ante sus miembros, actitudes antes las masas, actitudes ante el orden establecido. Ahora bien, ofrece menos rechazo, en los medios, si el "izquierdista" se adiciona el remoquete de democrático y condena el "repulsivo" término revolucionario. Vale entonces diferenciar los términos izquierda revolucionaria e "izquierda" democrática; la revolucionaria que asusta al orden establecido y la democrática que lo reproduce y de él se alimenta.
Si un programa político no confronta la raìz de los problemas nacionales, no es de izquierda -revolucionaria, vale insistir-. La deuda externa, decía Francisco Mosquera Sánchez* que es la principal herramienta con que han expoliado a la nación, hay que desconocer la deuda externa, en Colombia ningún programa se propone el desconocimiento de la deuda externa, a los sumo la moratoria en su pago.
Grandes terratenientes -unos pocos- son dueños de un elevado porcentaje de las tierras productivas, hasta la ONU reconoce que este es uno de los países donde está más concentrada la propiedad de la tierra; no obstante la mal llamada izquierda de este país en ninguna parte ha dicho que hay que expropiar a los grandes terratenientes; escasamente se pronuncian por la expropiación de las bandas criminales y paramilitares.
Los servicios públicos y los esenciales, el sector financiero, las telecomunicaciones están monopolizados, de remate, por multinacionales extranjeras, todo eso hay que expropiarlo y estatizarlo para sacar el país adelante y recuperar la soberanía económica sin la cual no lograremos la soberanía política y la dependencia del amo del norte. Sin embargo, nuestros "izquierdistas" le tienen pavor no más a las meras palabras, imperialismo, saqueo, expropiación..
El mercado interno cada vez más se cubre con mercancías extranjeras. Hay que suprimir con producción nacional millones de toneladas extranjeras, especialmente los alimentos para que nuestros campesinos tengan trabajo y futuro y no sigan acrecentando los cordones de miseria de las ciudades. Nuestros "izquierdistas" se desgañitan hablando de los derechos del campesino, de la tugurización, de la movilidad urbana...de la economía informal, pero no se atreven a asociar esos problemas con la entrega del país a las multinacionales extranjeras.
Constitución nacional, leyes, códigos, instituciones. Nuestros "izquierdistas" sólo aspiran a barnizar los instrumentos con que la oligarquía en el poder oprime al pueblo y, cuando gobiernan (caso, garzón, Petro, Navarro) no dudan en utilizarlos contra las manifestaciones populares. El programa de la izquierda revolucionaria mientras existió, en cabeza de Francisco Mosquera S, propuso que no había cambio verdadero sin suprimir o volcar de raíz los principales instrumentos que sostienen al régimen (constitución nacional, códigos, fuerzas armadas, los tres poderes, etc.)
Ahora, ningún cambio de estos se logra en ancas de las elecciones ni bajo dirección ni idearios de los partidos que la oligarquía intermediaria de la Potencia del Norte ha utilizado por 100 y más años. El verdadero izquierdista sabe que el partido dirigente de un nuevo orden será de la clase obrera, que el marxismo leninismo es vigente, que la oligarquía colombiana es la clase determinante y hay que aplastarla, que aquí se obedece a la Casa Blanca y a la Banca Internacional y en consecuencia, si queremos un país soberano a esos hay que expulsarlos de Colombia.
Una conclusión de este primer esbozo es que Petro de izquierdista nada tiene, ni ha sido; su paso por la Alcaldía de Bogotá, dejará al analista serio y a la gente honesta sin dudas al respecto. Tampoco la oligarquía le entregará -no por las buenas- la Casa de Nariño ni el Edificio Liévano a nadie que no le inspire confianza.

Grandes terratenientes -unos pocos- son dueños de un elevado porcentaje de las tierras productivas, hasta la ONU reconoce que este es uno de los países donde está más concentrada la propiedad de la tierra; no obstante la mal llamada izquierda de este país en ninguna parte ha dicho que hay que expropiar a los grandes terratenientes; escasamente se pronuncian por la expropiación de las bandas criminales y paramilitares.
Los servicios públicos y los esenciales, el sector financiero, las telecomunicaciones están monopolizados, de remate, por multinacionales extranjeras, todo eso hay que expropiarlo y estatizarlo para sacar el país adelante y recuperar la soberanía económica sin la cual no lograremos la soberanía política y la dependencia del amo del norte. Sin embargo, nuestros "izquierdistas" le tienen pavor no más a las meras palabras, imperialismo, saqueo, expropiación..
El mercado interno cada vez más se cubre con mercancías extranjeras. Hay que suprimir con producción nacional millones de toneladas extranjeras, especialmente los alimentos para que nuestros campesinos tengan trabajo y futuro y no sigan acrecentando los cordones de miseria de las ciudades. Nuestros "izquierdistas" se desgañitan hablando de los derechos del campesino, de la tugurización, de la movilidad urbana...de la economía informal, pero no se atreven a asociar esos problemas con la entrega del país a las multinacionales extranjeras.
Constitución nacional, leyes, códigos, instituciones. Nuestros "izquierdistas" sólo aspiran a barnizar los instrumentos con que la oligarquía en el poder oprime al pueblo y, cuando gobiernan (caso, garzón, Petro, Navarro) no dudan en utilizarlos contra las manifestaciones populares. El programa de la izquierda revolucionaria mientras existió, en cabeza de Francisco Mosquera S, propuso que no había cambio verdadero sin suprimir o volcar de raíz los principales instrumentos que sostienen al régimen (constitución nacional, códigos, fuerzas armadas, los tres poderes, etc.)
Ahora, ningún cambio de estos se logra en ancas de las elecciones ni bajo dirección ni idearios de los partidos que la oligarquía intermediaria de la Potencia del Norte ha utilizado por 100 y más años. El verdadero izquierdista sabe que el partido dirigente de un nuevo orden será de la clase obrera, que el marxismo leninismo es vigente, que la oligarquía colombiana es la clase determinante y hay que aplastarla, que aquí se obedece a la Casa Blanca y a la Banca Internacional y en consecuencia, si queremos un país soberano a esos hay que expulsarlos de Colombia.
Una conclusión de este primer esbozo es que Petro de izquierdista nada tiene, ni ha sido; su paso por la Alcaldía de Bogotá, dejará al analista serio y a la gente honesta sin dudas al respecto. Tampoco la oligarquía le entregará -no por las buenas- la Casa de Nariño ni el Edificio Liévano a nadie que no le inspire confianza.
Lejos está de agotado el tema.
Volver a leer a Lenin: La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo
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