domingo, 30 de abril de 2023

"𝑬𝒍 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒆𝒔 𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒓 𝒔𝒖𝒑𝒓𝒆𝒎𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆", MarxAsí pues, el futuro de toda Inteligencia Artificial (IA) es estar sometida a los seres humanos. 


A propósito del 1 de mayo, Día Internacional de la clase obrera

Los “pronósticos” de la Inteligencia Artificial (IA)

 ¿EXTINCIÓN DE LA CLASE OBRERA?

 La robótica, la biotecnología, cibernética, lenguaje de programación, informática y en general la Inteligencia artificial (IA), en términos resumidos no son otra cosa que la aplicación en el sistema económico imperante del imparable avance de las ciencias y la tecnología que, para el caso del capitalismo prevaleciente en el mundo, le implica -quiéralo o no, necesítelo o no- acrecentar continuamente las fuerzas productivas y la correspondiente productividad laboral.

 El sentido o dirección del movimiento social y económico, según la 𝐿𝑒𝑦 𝑑𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑔𝑟𝑒𝑠𝑜 ℎ𝑖𝑠𝑡ó𝑟𝑖𝑐𝑜, muestra a la humanidad siempre avanzando, independientemente de que sucedan períodos de retroceso. Ahora, que repercuta en los pueblos de esta u otra manera -favorable o desfavorablemente- depende de la vigencia o caducidad del sistema económico predominante y, existiendo clases, principalmente de los resultados de la lucha de clases. Los pueblos deben tener los “ojos bien abiertos” frente al manejo dado por el capitalismo caduco ya hace muchas décadas que, en interés de las clases poseedoras de los medios de producción, les da a tan impresionantes avances de las ciencias y tecnologías que hoy constatamos. Siendo la máxima ganancia el objetivo medular del capitalista, mediante la manipulación de la IA le puede incorporar inusitadas calamidades al planeta entero, a la clase obrera, sectores productivos o trabajadores en general.

IA y puestos de trabajo. De hace algunos años, dados los avances en robótica, se viene presionando al proletariado con la utilización de robots a cambio de humanos, presión que de novísima nada tiene, los maestros del proletariado ya lo advirtieron desde la introducción de las máquinas, los telares, el vapor, termodinámica, etc. Esto en el marco de la lucha entre el capital y el trabajo, entre patronos y obreros; los unos, por mejores ganancias, los otros, por aumento salarial, reducción de horarios y mejores condiciones de trabajo. Y, por supuesto, la introducción de novísimas máquinas, procesos y métodos mejorados enviaron a la calle a muchos trabajadores con los que el sistema incrementa el “ejército de reserva”. Las máquinas de hoy (los robots) y en general la IA, también suprimirán muchos de los actuales puestos de trabajo[1]. La productividad (cantidad producida por unidad de tiempo) a cada adelanto técnico aumenta, crea nuevas divisiones del trabajo y se utiliza como excusa para bajar salarios y reducir las nóminas, no obstante, también genera “nuevas necesidades” y consecuencialmente nuevos puestos de trabajo para suplirlas. Numerosos estudios muestran datos como los siguientes:La automatización eliminará 75 millones de empleos para 2025, pero creará 133 millones de nuevas funciones, según WEF”[2] “…. las cifras se ubican en el aumento tendencial de los trabajadores empleados a nivel global: en 1990 había 2.320 millones; en 2000 eran 2750 millones; en 2021 fueron 3.450 millones (World Bank). Todo esto, por supuesto, acompañando a un cada vez más extendido uso de tecnologías informáticas y computacionales”[3] . Mientras el capitalismo perviva, también el proletariado y estará presente la dupla patrón - asalariado, por demás, en permanente lucha. Así que, al contrario de los apologistas de la extinción de la clase obrera, el proletariado en su día internacional, tiene renovadas esperanzas para persistir en el camino trazado por los mártires de chicago.

IA y las contradicciones del capitalismo[4]. Los exponentes de la economía clásica al servicio de la burguesía internacional no cesan en la pretensión de refutar o negar las leyes y las contradicciones del capitalismo descubiertas ya hace casi dos siglos por Adam Smith, David Ricardo y sobre todo por Marx y Engels: entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad, la Ley del valor, el trabajo humano y la naturaleza como únicas fuentes de la riqueza, las recurrentes crisis de sobreproducción porque los consumidores no podemos comprar todo lo que se produce;  la tendencia a la baja de la tasa de ganancia en la medida que crece la productividad,  por la incorporación de nuevas y más potentes tecnologías; estas y otras acosan día a día a tales teóricos y la evidencia empírica patentada en los avances de IA no los dejan dormir. Pretenden impresionar al mundo anunciando un próximo futuro de ganancias extraordinarias en que toda actividad productiva será desempeñada por robots, pasando por alto que el capitalista produce mercancías y presta servicios sobre la base de extraer plusvalor de los únicos que producen valor: los humanos. Las ganancias se las proporciona la fuerza de trabajo humano no las máquinas (robots ni cualesquiera otra). ¿Mientras más uso de IA, menos asalariados? ¡claro que sí¡, pero también decreciente rentabilidad en las inversiones del capitalista ¿hasta cuándo, entonces, sobreviviría sin obreros o soportaría a sus robots?; estos no hacen huelgas, pero tampoco consumen la creciente producción que se amontonaría en las bodegas, provocando rebeldía en las masas laboriosas y apurando al proletariado en su misión histórica de dirigirlas tras la supresión del caduco sistema que nos oprime.

IA y las necesidades insatisfechas de la población. Es común encontrar entre las gentes inquietud por tan exorbitantes recursos gastados en IA y sus logros frente a las necesidades básicas aún sin resolver de la humanidad. Pues bien, en el sistema capitalista no puede ser de otra forma por los intereses de las clases dominantes propietarias de los medios de producción; el capitalista monta empresas para producir mercancías o servicios sobre la base de obtener un excedente (plusvalía) del trabajador, de lo contrario no invierte, adicionalmente está ávido de ganancias extraordinarias, derivadas de emplear nuevas tecnologías antes que sus competidores; así que, no cesarán de invertir, para el caso que nos ocupa, en IA, sin importarle cuántas carencias padece la población. Se viaja por las inmensidades del espacio y las profundidades de la tierra para llegar primero que los demás a hipotéticos nuevos recursos, en tanto que, en el suelo que pisamos se pasa hambre; se crean e implementan máquinas sofisticadas que arrojan al mercado mercancías por montones, mientras millones de campesinos encallecen sus manos con herramientas obsoletas. El nuevo paradigma de la informática es la computación cuántica, cuya principal contribución es completar un mayor número de operaciones en tiempo récord con resultados más precisos, cómputos que, por supuesto exceden las exigencias cotidianas de los del común, constreñidos a las operaciones matemáticas elementales. En materia bélica, su investigación y desarrollo es una perversión; para mantener su hegemonía, los Estados Unidos desde décadas atrás pone su capacidad principalmente en la producción de armas ofensivas. Mientras las potencias occidentales y la OTAN inventan y azuzan guerras y agreden a los pueblos en múltiples puntos del planeta, los accionistas anglosajones de Lockheed Martin, Boeing, BAE Systems, Raytheon, Northrop Grumman se enriquecen proveyendo de armas a todos los ejércitos enfrentados, obligando, de paso, a las potencias orientales a armarse para la defensa; el llamado gasto de defensa ya superó en el mundo los 2 billones de dólares[5] (casi la mitad corresponde a EE.UU.) Cuánto despilfarro acompaña a la robótica, la cuántica, la informática, la biotecnología y en general la IA en este sistema capitalista que, so pena de sucumbir, no puede renunciar al militarismo y la agresividad.

La futura sociedad dirigida por el proletariado, el socialismo, tendrá otras prioridades; los gastos, antes que todo, se destinarán a la erradicación de la miseria y la pobreza; la planificación de la economía señalará el orden de prioridades y el aporte de cada una de las ramas productivas que ha de conducir progresivamente a mejores condiciones de vida y al bienestar general al que, por supuesto, se sumará la IA en el momento apropiado, en la cantidad y calidad requeridas por los pueblos.

Postcapitalismo, socialismo, comunismo. Los analistas de la economía convencional no dudan en un futuro de abundancia, pero su estrechez científica comprometida con la propiedad privada de la clase que los financia les impide caracterizar a la sociedad que le será inherente, a lo sumo se sumergen en la ambigüedad eufemística del postcapitalismo; las palabras socialismo y comunismo les produce picazón no obstante que, hasta el presente, no hay mejores conceptos para identificar el futuro de abundancia estimulada por la productividad siempre creciente en el trabajo, en donde el proletariado habrá cedido a los robots la tarea de la producción y los servicios, en donde la fuerza física y cerebral humana desempeñará las actividades y funciones a las que la IA no podrá acceder, dado que  “𝘦𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘴𝘦𝘳 𝘴𝘶𝘱𝘳𝘦𝘮𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦”; sociedad de abundancia donde la investigación, las ciencias, las artes, el deporte, la recreación, el trabajo social y ambientalista, etc., ocupen el tiempo de los humanos; aquel día estarán todos los recursos necesarios a la mano, porque se habrá resuelto la contradicción principal del capitalismo “entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad”, porque los medios de producción, incluidos los robots, serán propiedad común. Super abundancia existirá para disfrute de todos, porque ya no habrá clases explotadoras; ya ningún producto tendrá valor de cambio (ni se venden ni se compran), sólo valor de uso; la palabra ganancia y muchas otras, por su naturaleza clasista, habrán desaparecido del lenguaje. Ahora bien, no se trata sólo de soñar en esa sociedad sin clases sino de pugnar por ella, haciendo honor a tantos hombres y mujeres que, como los mártires de Chicago, ofrendaron hasta su vida y, por lo cual, son honrados en esta fecha.

Adenda: Una definición, entre otras, de inteligencia artificial (IA): “es la simulación de la inteligencia humana en máquinas creadas para pensar como los humanos e imitar sus acciones”

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Otros documentos consultados: https://www.semana.com/tecnologia/articulo/las-diferencias-entre-chatgpt-y-truthgpt-la-inteligencia-artificial-de-elon-musk/202321/https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/rafael-orduz/hay-riesgo-existencial-por-la-inteligencia-artificial/ https://www.latimes.com/espanol/vidayestilo/la-es-los-empleos-para-obreros-sobreviviran-al-crecimiento-de-la-inteligencia-artificial-pero-las-tareas-c-20181105-story.html .

También, por supuesto, diferentes obras de Marx y Engels: El manifiesto comunista, Crítica al Programa de Gotha. 


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