miércoles, 11 de octubre de 2023

 A  propósito del descubrimiento, conquista y colonización

NI LEYENDA ROSA NI LEYENDA NEGRA*

LO INEVITABLE: 1) que los europeos llegaran a estas tierras y no al revés, dadas las descomunales diferencias en el desarrollo de las fuerzas productivas entre colonizados y colonizadores. 2) Que unos y otros, colonizados y colonizadores, discreparan sobre la explotación, el reparto y destino de los recursos existentes. 3) Que las ideas dominantes para la época, fueran otras. No podemos sustraernos a las posibilidades existentes para aquella época.

Encontramos, en el Anti-Dühring escrito por Engels, capítulo II, sección segunda, La teoría de la violencia y el poder, para contradecir a este autor que proponía la violencia como imprescindible en la aparición de la propiedad privada: “Todo el proceso se explica por causas puramente económicas, sin que ni una sola vez hayan sido imprescindibles el robo, la violencia; las condiciones económicas dadas son las que deciden si la violencia, si la paz, si la guerra, si las armas …”. Siguiendo a Engels, nos preguntamos ¿Pudo darse la colonización de las Américas sin violencia? ¿Pudo haberse logrado, para los colonizadores, el objetivo económico en paz, sin armas, sin guerra?

LA BARBARIE DE LA COLONIZACIÓN: El capitalismo nació chorreando sangre y lodo por todos sus poros desde los pies hasta la cabeza”, escribe Marx en su documento La llamada acumulación originaria (El Capital cap. XXIV), en el que no sólo describe la barbarie para despojar de sus tierras a los campesinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda sino la ocurrida en India por parte del colonialismo inglés y la barbarie en las Américas en los que una formación en ascenso, el capitalismo, acumuló oro, dinero, riquezas que repercutieron significativamente en el nacimiento y consolidación de este nuevo sistema socioeconómico ‘superior’ a los hasta ahora existentes. Y el trasfondo de la violencia es puramente económico y, para decirlo de otra manera: lo más rentable para los objetivos económicos de la conquista fue la violencia, aunque en no pocas oportunidades intentaron el saqueo en paz (oro por espejos e intercambios parecidos) y, ante todo, la reconocida labor de fray Bartolomé de las Casas y muchos misioneros reclamando mejor trato para los indios; que incluso lograron, en el papel, obtener de la reina Isabel un conjunto denominado Nuevas Leyes en favor de los indios.

Las condiciones existentes para realizar la colonización en el siglo XVI no nos las podemos inventar 530 años después, tampoco podemos pretender que los estadios socioeconómicos anteriores al capitalismo eran mejores e insustituibles, NO, el capitalismo era la formación socio económica que históricamente habría de sustituir a las anteriores ya caducas y, en el caso de las Américas, la humanidad no podía darse el lujo de esperar los siglos de evolución que le faltaban a nuestros aborígenes aun en el primitivismo muchas tribus y en el salvajismo otras. Leemos en La llamada acumulación originaria…: La violencia es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas una nueva sociedad, ella misma es una potencia económica”, así que la violencia fue la comadrona que en las Américas ayudó a la humanidad a parir un nuevo régimen que de cualquier forma estaba destinado por la evolución histórica a abrirse paso por encima de cualquier adversidad. Por supuesto, en este mundo desconocido, abrupto, salvaje los colonizadores encontraron toda clase de obstáculos desde los imaginarios pasando por los naturales físicos y climáticos hasta la resistencia indígena. Despojado de sentimentalismos y moralismos, el historiador y escritor colombiano, Germán Arciniegas (1900-1999), es de gran ayuda para comprender las peculiaridades en que se desenvolvieron en aquella época tan descomunales acontecimientos. Un abrebocas: leemos en el prefacio de su libro Biografía del Caribe, “Que el siglo XVI es el siglo de oro de España, es la verdad: pero no es toda la verdad. El XVI es de oro no sólo para España sino para Inglaterra, para Francia. Es el siglo de Cervantes, de Shakespeare, de Rabelais. Las letras no tuvieron antes, en los tres reinos, esplendor parecido. Ni tampoco los reyes” … “con el descubrimiento de América la vida toma una nueva dimensión: se pasa de la geometría plana a la geometría del espacio. De 1503 hacia atrás los hombres se mueven en pequeños solares, están en un corral, navegan en lagos. De 1500 hacia adelante surgen continentes y mares océanos es como el paso del tercero al cuarto día, en el primer capítulo del Génesis…” “El pueblo tenía odios, amores, perjuicios, supersticiones, en una palabra: tenía su fe. Como siempre, se podían ver en él la visión del pasado y la visión del futuro: la tradición y la esperanzas: La historia y la aventura. En él estaban el arrojo, el juego limpio o turbio a vida o muerte, que mantuvo tensas las cuerdas del drama, que permitió escrudiñar en un cuarto de siglo todos los mares y en otro cuarto de siglo hasta el último rincón del Nuevo Continente. Esa gente del pueblo le daba la vuelta a los mares en una tabla, o iba hasta el corazón del Amazonas, hasta la cumbre de los Andes con una espada y un hacha. Así es: el mapa del mundo se hizo en el siglo XVI con un trapo, unas tablas y unos cuchillos. Estas tres cosas forman el verdadero escudo de armas del Caribe”. Así que los que llegaron no fueron señoritos manilimpios; fueron gentes valientes, de coraje, obstinados y “con más imaginación y sueños que razonables”.

Ahora bien, la violencia ha estado presente en la historia y la prehistoria y es cooperante del período “civilizado” que transcurrimos; su contribución sería interminable: la Grecia épica y la formación y disolución del imperio romano fundados en la esclavitud, la formación y consolidación de las naciones hoy existentes, la caída de reyes y señores feudales, la unificación de la China actual, el imperio azteca, la civilización maya y el imperio Inca que encontraron los españoles estaban pasando por una fase violenta (sojuzgaban a otras tribus, ofrecían doncellas a sus dioses y asaban prisioneros). Y fueron violentas la Revolución Francesa y las revoluciones de independencia de Estados Unidos, Centro América y Suramérica, la revolución mejicana (1910-17), también las revoluciones socialistas, … y ateniéndonos a lo anterior, sin violencia no lograremos implantar el socialismo del que surgirá -ahí sí, sin violencia- el futuro comunista.

“No deberíamos olvidar nunca que todo nuestro desarrollo económico, político e intelectual tiene como presupuesto una situación en la cual la esclavitud fue reconocida como necesaria y universal. En este sentido podemos decir: no hay socialismo moderno sin esclavitud antigua”, Engels en el Anti-Dühring.

* En la revista Tribuna Magisterial (23/10/2020), Gustavo Adolfo Quesada Vanegas titula así un escrito:12 de octubre de 1492: ni leyenda rosa ni leyenda negra”. Muchos autores utilizan esta expresión para referirse a la disyuntiva planteada. Los creyentes de la leyenda rosa podemos ubicarlos principalmente entre los autores y analistas ibéricos y europeístas, mientras que los fieles de la leyenda negra militan en la pseudoizquierda y el “progresismo”, son los mismos detrás de la destrucción de estatuas y monumentos de personajes de la conquista; mismos que les reclaman a españoles y europeos que asuman la actitud hipócrita de “pedir perdón”. Peor aún, la leyenda negra incluye la condena a la evangelización, sin embargo, “progresistas” e indigenistas son los más rezanderos y, afortunadamente, nunca se les ha ocurrido derrumbar templos.

BIBLIOGRAFÍA: Sobre el descubrimiento, la conquista y la colonización existe, por supuesto, infinita documentación; sobre las leyendas negra y rosa, adicional a la mencionada en el texto, se recomienda:

 “La Población Indígena de América. Desde 1492 hasta la actualidad (1945)”, Ángel Rosenblat https://pueblosoriginarios.com/textos/rosenblat/1492.html  

https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/eduardo-pilonieta-pinilla/que-nos-dieron-que-les-dimos-JYVL209473

https://rebelion.org/la-violencia-de-la-esclavitud-fue-fundamental-en-el-ascenso-del-capitalismo/


No hay comentarios:

Publicar un comentario