sábado, 7 de junio de 2014

"NI GUERRA NI PAZ"


"Y COMO EN COLOMBIA NO HAY GUERRA, TAMPOCO HABRÁ PAZ"


Qué aburrida esta campaña electoral que sustituyó el debate serio sobre los asuntos que atañen a la mayoría de colombianos por una falsa disyuntiva entre guerra y paz. Candidatos y seguidores, columnistas y opinadores, "izquierdistas" y "derechistas", todos empeñados en que hay que votar por uno u otro, porque fulano representa la guerra y sutano la paz; y, claro, entre quienes pueden y tienen dónde escribir, lleva las de ganar Santos, porque dizque representa la paz.

Oportunos y vigentes algunos artículos de Francisco Mosquera Sánchez escritos cuando el gobierno de Belisario Betancurt(1980-1984) se embarcó en proceso de "paz" con todas las siglas insurrectas de aquel entonces. Cuánto ayudaría a los electores si hoy los consultaran en su libro Resistencia Civil  que se puede encontrar en:       
                           http://www.elfogonero.org/publicaciones/II%20guerra%20y%20paz.htm

El título de esta entrada resume la vigencia de Mosquera en el tema: En Colombia no hay guerra, no la guerra insurreccional que algún día habrán de librar las clases sojuzgadas en contra de la clase gobernante -oligárquica y terrateniente- al servicio de sus amos del Norte. En Colombia, a los colombianos los acosa la violencia proveniente de grupos de todos los grados y categorías (paramilitares, guerrilleros, delincuencia común, las mismas fuerzas armadas), violencia que además ahora tiene un dineral como sustento(el dinero del tráfico de drogas), en cambio, los oprimidos no le han declarado la guerra a sus opresores. 

Y "como no hay guerra, tampoco habrá paz", aún si los diálogos de La Habana pone fin al conflicto entre el Estado y las Farc; conflicto en el que como el Estado no ha logrado vencer a las Farc,  tiene que sentarse a negociar. Negociaciones acompañadas de un alto grado de incredulidad entre las gentes debido al espectáculo montado a su alrededor y al cálculo electoral que las preceden; todos sabemos de las falsas promesas en cada campaña electoral. 

Incredulidad que se acrecienta por la cantidad de problemas allí abordados, que sabemos, son pura carreta; no podemos esperar las soluciones que por una centuria la clase gobernante-dada su naturaleza- nunca le dio al pueblo, ahora, con un Santos, toda su vida en altos cargos de gobierno,  haya cambiado de parecer y de naturaleza.

La caguanización de La Habana:

Ahora que el Gobierno anuncia el acuerdo con las Farc de enviar de visita  víctimas a La Habana, foros y mesas temáticas, entre otras necedades demagógicas, el escepticismo crecerá entre los colombianos por cuanto ese circo ya se desplegó en el Caguán de Pastrana, con el resultado que allí no hubo sino cháchara de visitantes y visitados para llenar páginas de prensa, radio y TV. De contera, esta charlatanería a la que le llaman meterle pueblo, presagia algo peor: el alargue del proceso ya de por sí largo, pesado y monótono.

Como las negociaciones de la Habana las utilizan los candidatos y las Farc, cada cuál a su modo, para conquistar votos y como no habrá paz, porque tampoco hay guerra, la mejor protesta de los de abajo contra el proceso electoral convocado por el régimen para que nada cambie es la abstención. Total, sin remedio, tendremos verdugo por los siguientes 4 años.


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